Iglesia Evangélica de Habla Hispana
¿Estás buscando algo más en la vida?
¿Te sientes insatisfecho o infeliz?
¿Tienes problemas que parecen insuperables?
¿Te gustaría encontrar una fuente de esperanza y renovación?
¿Quieres experimentar el poder transformador de la fe en tu vida?
Mi historia con Jesús comienza cuando tengo doce años. Mis padres tenían una fuerte fe en Dios. Sentí que Dios era bueno porque presencié cómo mi papá y mi mamá vivían juntos. Se amaban. Y amaban a mis hermanos y a mí.
Desde pequeño, conocí a Jesús a través de las historias en la Biblia. Mi abuela siempre me las leía en la Biblia para niños. Un momento importante para mí fue cuando un pastor dijo durante un servicio que era importante decidirse por una vida con Jesús.
"Así como Jesús llamó a sus discípulos en ese entonces", te dice hoy: "¡Sígueme!" dijo el pastor. Jesús te invita a conocerlo, escucharlo y vivir confiando en él.
Tomé esa decisión a los doce años. Hoy tengo 57 años y nunca me arrepentí de esa decisión. Jesús da forma a mi vida. Como un buen amigo, me acompaña a través de las altas y bajas de mi vida. No puedo imaginar mi vida sin él.
Yo pensaba que tenía todo lo que necesitaba: una carrera exitosa, una familia hermosa y una casa en un buen barrio.
Pero por dentro, me sentía vacío y sin dirección. No sabía cuál era mi propósito en la vida y no encontraba la felicidad que esperaba.
Fue entonces cuando me encontré con Jesús. A través de su amor y su gracia, descubrí una paz y una alegría que nunca había experimentado antes.
Me di cuenta de que mi verdadero propósito era servir a Dios y llevar su amor a los demás.
Ahora estoy involucrado en mi iglesia local y participo en misiones para compartir el evangelio con aquellos que aún no lo conocen.
Mi vida ha sido transformada por Jesús y estoy agradecido por cada día que puedo seguir sirviéndole.
Antes de conocer a Jesús, mi vida estaba llena de dolor y sufrimiento.
Había pasado por situaciones difíciles en mi infancia y adolescencia que me habían dejado marcado emocionalmente.
Intenté encontrar consuelo en diferentes cosas, como las relaciones sentimentales y las drogas, pero nada parecía sanar mis heridas.
Fue entonces cuando me encontré con Jesús. Su amor incondicional y su presencia sanadora me transformaron por completo.
Empecé a trabajar en mi sanidad emocional a través de la lectura de la Biblia y la oración.
También me involucré en una comunidad de hermanos y hermanas en la fe que me brindaron apoyo y aliento.
Ahora tengo una vida plena y libre de la carga del pasado. Gracias a Jesús, he encontrado la paz y la felicidad que siempre busqué.
Agenda una llamada gratuita con nuestro equipo y juntos podremos planificar tu camino espiritual y encontrar la voluntad de Dios para ti.
¡Comienza tu viaje hacia una vida plena y llena de propósito hoy mismo!
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